David Brainerd |
Su ministerio misionero inició con los indios norteamericanos, es aquí donde me quiero detener y contar una muy especial situación, que nos motivará a ver y darle a la oración la preponderancia que se merece:
Estando Brainerd en territorio indio y no sabiendo como hablar de Dios a personas con un dialecto diferente, solo pudo dedicarse infatigable y diligentemente a la oración en busqueda desesperada de la ayuda de Dios; fue tiempo después que apareció un intérprete, el cual curiosamente se encontraba en estado de intoxicación por la borrachera, sin embargo fue este el mecanismo utilizado por Dios para convertir a muchos de estos hombres.
Es hora entonces de dejar nuestra fortaleza humana a un lado y entregarnos a la dirección de Dios y hallar en Él la fuerza necesaria para hacer lo que se debe hace.
LA ORACIÓN insistente y diligente, es necesaria.